Una seguidilla de sismos han afectado a la zona central en los últimos días. Convergencia de placas y presencia en el cinturón de fuego del Pacífico hacen de Chile un país único.
¿Por qué en Chile tiembla tanto? Es la pregunta que muchas personas se realizan cada vez que la tierra se sacude. Desde el fin de semana que se ha registrado una seguidilla de temblores, que tuvieron su movimiento de mayor intensidad la tarde del lunes 24 de abril, de 6,9° richter con epicentro a 72 kilómetros de Valparaíso.
Se trató del tercer sismo de mayor intensidad a lo que va del 2017, y que se suma a un largo listado de movimientos en un país que en los últimos años ha tenido tres de los seis terremotos más fuertes de su historia: el del 27 de febrero (27/F) en 2010 (8,8°), Iquique en abril de 2014 (8,2°) y el de Illapel, ocurrido en septiembre de 2015, con una magnitud de 8,4° Richter.
Por otro lado, dos de los diez terremotos más fuertes de los que se tenga registro en el mundo han ocurrido en nuestro país.
En este contexto, T13.cl consultó tiempo atrás a expertos de sismología, quienes coincidieron en que Chile cuenta con condiciones únicas.
«La situación chilena es única, tenemos una velocidad de convergencia de placas mucho mayor que cualquier otra parte en el mundo», explica Jaime Campos, director del Programa de Reducción de Riesgos y Desastres de la Universidad de Chile (CITRID).
Rodrigo Cienfuegos, director del Centro de Desastres Naturales de la Universidad Católica coincide con Campos en que Chile cuenta con condiciones únicas en materia de sismos.
La frecuencia de estos eventos -dice- «tiene que ver con la actividad y la rapidez con que la placa de Nazca está enterrándose bajo la placa Sudamericana. En el caso de Chile ese movimiento es bastante rápido, hay una acumulación de energía importante año a año».
E incluso, agrega, «hay sectores donde eso está abajo, lo que quiere decir que la placa de Nazca arrastra la placa Sudamericana con ella, y esos son los sectores que van acumulando energía y que generalmente se liberan a partir de los terremotos».
A esto se suma la presencia de Chile en el denominado «Cinturón de Fuego del Pacífico» , que concentra parte de las zonas de subducción más importantes del mundo, lo que genera una intensa actividad sísmica y volcánica.
Esta zona incluye además a Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, México, Estados Unidos, Canadá, Rusia, Japón, Taiwán, Filipinas, Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Nueva Zelanda.
Para el académico, el movimiento de placas en Chile «tiene una rapidez mayor que otras zonas del Cinturón de Fuego del Pacífico».
En tanto, Mauricio Fuentes, integrante del Grupo de Tsunamis del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, hace hincapié que «esa es la naturaleza del país, porque estamos ubicados en una convergencia de placas tectónicas».
«Entonces jamás vamos a poder liberarnos de estos fenómenos, es algo natural de la geología que tenemos», agrega.
Tres terremotos en cinco años…
Como contábamos al inicio de esta nota, Chile ha sido afectado por tres movimientos de gran intensidad en los últimos cinco años. Si bien hay teorías, hasta el momento no hay certeza de qué razones motivan este fenómeno.
Sergio Barrientos, director de sismología explica que «hay gente que ha hecho hipótesis de este agrupamiento de sismos de mayor magnitud de manera mundial y es probable que nosotros veamos algo equivalente en Chile con estos terremotos».
«En realidad, si uno lo piensa, en los últimos 450 años, la ocurrencia de sismos de 8,8° o superiores ocurren como promedio cada 12 o 15 años, entonces, es poco esperable que esto ocurriese, pero también es posible que haya habido una ‘clusterización’ de sismos», agrega.
En esta línea, explica que «un fenómeno similar se observa a nivel mundial con los simos mayores de 8,5° a 8,8° de los años 50′ y 60′, hubo un agrupamiento de cuatro a cinco temblores muy importantes a nivel mundial y después de los 40 años siguientes prácticamente no hubo terremotos grandes y nuevamente comienzan en el 2004, y ya han ocurrido tres o cuatro u otros muy importantes de magnitudes bastante altas que no habían ocurrido durante los 40 años anteriores».
Rodrigo Cienfuegos coincide con Barrientos en que «existen teorías que dicen que estos eventos pueden venir por paquetes, o por ‘clusters’, que se han establecido en algunas investigaciones científicas y es posible que estemos en presencia de algo similar con la seguidilla de eventos que hemos observado en estos últimos años, a partir de 2010».
¿Podemos compararnos con otro país?
Pese a que suele compararse la situación de Chile con la de Japón, los expertos sostienen que se trata de realidades muy diferentes.
Jaime Campos asegura que «la situación chilena es única, tenemos una velocidad de convergencia de placas mucho mayor que cualquier otra parte en el mundo y los tamaños de los terremotos chilenos son mucho más grandes que los terremotos japoneses».
«Usted tome el terremoto del 60 en Chile y son mil kilómetros de ruptura y Japón, que es más chico que Chile, difícilmente usted puede hacer entrar un terremoto como el chileno», agrega.
Por otro lado, el académico explica que «Chile tiene distintos tipos de sismicidad, hay un tipo de terremoto de subducción clásico desde Arica hasta la península de Taitao. Pero al sur de la Península de Taitao hasta el estrecho de Magallanes hay otra situación totalmente distinta, con otro tipo de terremotos, distinto al norte de Chile».
«Chile tiene dos grandes zonas sísmicas, muy distintas. Son dos mundos distintos en términos de terremotos», agrega el experto en fuentes de grandes terremotos, Sismotectónica y Geodinámica en zonas de subducción.
Cienfuegos, en tanto, recuerda que ambos países han suscrito convenios científicos, ya que cada cierto tiempo olas de tsunamis viajan desde Japón hacia Chile, y viceversa.
Con todo, reconoce que «claramente hay una frecuencia mayor en el sector donde nos encontramos, en el cinturón de fuego del Pacífico y específicamente en la zona de Chile».
Fuentes dice que si bien Japón es lo que más se parece a Chile en cuanto a la frecuencia de estos movimientos, nuestro país es único en cuando «a la velocidad que tiene la convergencia de la placa, y acá es más rápido, entonces acumula energía más rápido».
Publicado en Tele13.