El Programa de Reducción de Riesgos y Desastres (CITRID) de la Universidad de Chile compartió recientemente con Puerto Rico el curso online “Vulnerabilidades ante Desastres Socionaturales”, que ha sido impartido en cuatro versiones a través de la plataforma U Abierta de la Universidad de Chile. La iniciativa se gestó gracias a la colaboración de Gonzalo Larenas, profesor de la Universidad Andrés Bello -sede Viña del Mar-, quien se ha interiorizado de la dramática situación que están viviendo los puertorriqueños desde el paso del huracán María a fines de septiembre, que dejó cuantiosos daños.
Este último señala: «La idea es que este curso sirva como avanzada para posteriormente ir a trabajar en terreno en base a la recuperación emocional y el avance de lo que viene después. Por eso ya estamos trabajando con el propósito de poder ir y trabajar con las comunidades en su recuperación, pero pensándolo en un aspecto más sustentable que ellos desconocen. Por ahora, necesitan mucha ayuda en cuanto a metodologías y herramientas, y el curso les servirá en ello».
En este punto, Gonzalo Larenas destaca el trabajo de Gabriela Reyes, estudiante de Doctorado de la Universidad de Puerto Rico, quien ha trabajado de voluntaria y se ha ofrecido a impartir el curso que ofreció la coordinadora académica y directora de vinculación con el medio de CITRID, Sonia Pérez Tello. Con el respaldo de las autoridades universitarias, se impartirá el curso primero entre psicólogos y luego entre la comunidad afectada. “Creo que el curso va a ser la clave de partida para desarrollar la ayuda. Por el momento estamos informando a través de nuestras redes sociales y el sitio web de la organización Techo”, comenta Larenas.
“Lamentablemente allá no existen organizaciones que trabajen en la reconstrucción, ya que nunca les había pasado algo así y ahora no han sabido cómo actuar”. Ahora se encuentran voluntarios y profesionales de la organización latinoamericana Techo en la isla que empezaron a trabajar en la reconstrucción de viviendas y de ambientes. Sin embargo, no es cosa de llegar y construir en zona de huracanes, hay que prepararse para lo que viene», indica Larenas. «La población de Puerto Rico se encuentra destruida en el aspecto sociológico, incluso aumentó la tasa de suicidios. El trauma ha sido tan grande que la gente no ha tenido la capacidad de levantarse aún. Y los que lo han hecho en vez de ayudar se han ido de la isla».
Señala además que «Ya no es solo un tema de ir a reconstruir viviendas, sino que hay que ayudar a reconstruir la parte emocional y psicológica. Y en esta materia comencé a preguntar quién podría hacer algo, teniendo en cuenta la experiencia que tenemos en Chile con los desastres y el trabajo post traumático que producen los eventos naturales. Así es como llegué a la académica Sonia Pérez, que es parte de CITRID».
A dos meses de ocurrido el huracán, datos oficiales indican que el 74,5 % de las comunicaciones se ha recuperado. Asimismo, el agua ya está al 90 % de su servicio habitual y más del 80 % de las bombas de bencina y supermercados funcionan, pero la gente del interior, los campesinos, continúan sin electricidad.
Según Larenas, lamentablemente la condición de estado libre asociado de Estados Unidos no le permitió a Puerto Rico recibir toda la ayuda que en un comienzo necesitaba, ya que está limitado marítimamente por una ley centenaria que impide el comercio libre entre la isla y el mundo, la Ley Jones o Ley de Cabotaje, que indica que todo lo que llegue y salga de Puerto Rico se transporte en barcos construidos en Estados Unidos y con tripulación nacional. Sin embargo, el presidente norteamericano, Donald Trump, eximió temporalmente a la isla del cumplimiento de esta ley.
Por todo lo anterior, Gonzalo Larenas pretende viajar en marzo o abril del próximo año, esperando que exista mayor estabilidad en Puerto Rico para poder trabajar. «En la medida que se vaya superando la emergencia podremos trabajar en profundidad».