En el marco del estudio “Evaluación de riesgo volcánico en distritos chilenos: Aplicación de índice de vulnerabilidad social frente a desastres”, que por primera vez cruza la información del peligro de los volcanes activos con datos de la población, Sernageomin posicionó el Plan de Emergencia Volcánico (PEV), iniciativa de participación y gestión de riesgo que debería desarrollarse desde las comunas con un volcán activo.
Rodrigo Álvarez, director nacional de Sernageomin recalcó la necesidad de entregar mejor información que contribuya a mitigar el impacto social en la comunidad, además de instalar el debate sobre planificación en estos sectores.
“El mayor desafío es la discusión de fondo: no se puede construir en ciertos lugares. Los mapas de vulnerabilidad tienen que ser vinculantes, deben ser instrumentos jurídicos con la suficiente potencia que no permitan que un municipio pueda construir en un área que es de riesgo”
Los datos usados para este estudio fueron los del CENSO 2002, los resultados de los peligros volcánicos del Sernageomin en 2011 y el material crítico de los alrededores de los volcanes.
El mayor riesgo volcánico actual se encuentra concentrado en el área centro sur de Chile, entre dos de los volcanes más activos del país: Copahue y Chaitén.
Rodrigo Calderón, geógrafo de la Unidad de Geología y Peligros Volcánicos del servicio, destacó la investigación conjunta de estos fenómenos por el valor cualitativo que aporta.
“Los eventos naturales no solo vienen de la amenaza misma del peligro, por ello es importante saber cuáles son las características de las personas que se enfrentan a esto, cómo resultará ante la amenaza de que pueda suceder alguna emergencia” expresó.
Si bien el estudio arrojó resultados que pueden ayudar a generar políticas sobre planificación y gestión comunal ante estas emergencias, para la psicóloga e investigadora del programa Reducción de riesgos y desastre de la Universidad de Chile Sonia Pérez, no solo se trata de evaluar la vulnerabilidad si no la resiliencia de las comunidades, ya que relocalizarlas podría significar mayor daño.
“A veces puede implicar mayor posibilidad de resiliencia en el lugar, aunque se vea amenazado a lo que puedan vivir cuando se ven desplazados y vulnerados otros derechos”.
Mientras, la presidenta de la Junta de Vecinos Chaitén Vive, Rita Gutiérrez expresó que si bien los estudios son importantes para proporcionar información, la comunidad de Chaitén también conoce su historia y las implicancias naturales que tiene vivir en sectores cercanos a volcanes activos.
Fuente: Radio Universidad de Chile