7 científicos coordinando a 600 investigadores reunieron insumos e información directamente relacionada con el presente y los efectos del cambio climático en Chile para la elaboración del documento “Informes de mesas científicas. Resumen para tomadores de decisiones” que fue entregado el pasado miércoles 4 de diciembre en el marco de la COP25 en Madrid al Ministro de Ciencia y Tecnología, Andrés Couve.
Este resumen está conformado por 7 mesas claves: Mesa de Mitigación y Energía; Mesa de Adaptación; Mesa de Agua; Mesa de Biodiversidad; Mesa de Ciudades; Mesa Criósfera y Antártica.
La Mesa de Adaptación, al igual que las otras seis tiene como base recopilar insumos para que fueran entregados como evidencia científica que apoye la toma de decisiones por parte del Estado. Se realizaron más de 20 talleres, cerca de 5 encuestas y se elaboraron más de 10 informes individuales, entre otras acciones para coordinar al equipo de 600 científicos y producto de esta instancia.
Una de las coordinadoras de esta instancia fue Paulina Aldunce, Ingeniera Agrónomo de la Universidad de Chile; Mg. Sc. Gestión y Planificación Ambiental, U. de Chile; Ph. D. en Filosofía en Ciencias Sociales y Gestión de Recursos Naturales, U. de Melbourne e integrante del Programa para la Reducción de Riesgos y Desastres (CITRID) de la Casa de Bello, quien en conjunto a Sebastián Vicuña, Ingeniero Civil de la Universidad Católica, Director del Centro de Cambio Global UC e Investigador del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres CIGIDEN de la misma casa de estudios fueron quienes coordinaron la Mesa de Adaptación.
La mesa de Adaptación abordó las consecuencias, impactos y riesgos del cambio climático. Sobre este tema, identificaron cuatro brechas: I) brechas respecto de las capacidades para identificar necesidades de adaptación, con el fin de implementar las medidas requeridas de una manera participativa y legítima; II) brechas asociadas a los instrumentos de política pública diseñados para promover e implementar la adaptación; III) brechas en la promoción de facilitadores y la reducción de obstáculos en la implementación de la adaptación; IV) brechas en la identificación de medidas de tipo transformacional y otros temas emergentes que aún no han sido incorporados del todo en los procesos de adaptación en Chile.
En palabras de Aldunce, sobre las brechas respecto a las capacidades para identificar necesidades de adaptación: “depende mucho de los análisis de vulnerabilidad porque la adaptación tiene que estar en un contexto y seguir prioridades y las que te dan las prioridades es el contexto nacional, local (…) es una brecha porque no tenemos buena información de adaptación ni tampoco tenemos suficiente adaptación realizada hasta el día de hoy. Falta adaptación y dentro de esa adaptación, la transformación. Una adaptación más profunda.”
En cuanto a las brechas de políticas públicas, menciona que hace falta que se integren más sectores mediante una bajada local de los planes de adaptación. Hay 9 planes sectoriales y se están planificando otros dos. En Chile solo hay cuatro regiones que están diseñando planes de adaptación, lo cual también resulta ser una brecha en términos de políticas públicas.
Sobre la brecha en la promoción de facilitadores y reducción de obstáculos, desde lo observado por los científicos, lo primero que resulta necesario son análisis periódicos de la evaluación de obstaculizadores y facilitadores. Aldunce explica que “si tu haces un análisis sin variables determinadas no puedes ver cómo ha ido evolucionando o involucionando cada uno de esos elementos. Hay que tomar la oportunidad de multiplicar los facilitadores a nivel nacional y de mejorar los obstaculizadores” lo que requiere de una metodología definida de cómo hacerlo y qué elementos observar.
En la misma línea, sobre las brechas de identificación de las medidas de transformación, explica “hay que hacer todo un estudio de cuáles son las medidas que nosotros podríamos implementar a distintos niveles del país. Por ejemplo, hace falta un repositorio de medidas para que la gente que necesita adaptarse (ya sea los organismos, las comunidades, etc) no tengan que empezar de cero sino que puedan ir a un lugar y encontrar ejemplos de estas medidas”.
La reducción de estas brechas corre por cuenta de la sociedad completa, para Aldunce en este contexto conceptualizada por: la sociedad civil, el gobierno, los privados y los académicos.
¿Resulta necesario que se comience a distribuir de mejor forma la información sobre cambio climático en el país para ir resolviendo problemáticas?
Sí. Exacto. Y una de las cosas más importantes es tomar en cuenta que podemos hacernos cargo solo hasta cierto límite de la adaptación. La adaptación se puede hacer cargo de impactos de menor magnitud, de menor intensidad, de menor incertidumbre. Pero cuando los impactos de mayor magnitud, mayor intensidad o más severos ya no es suficiente la adaptación. Ya no se puede hacer cargo porque le queda muy grande y ahí entra la transformación. Es muy importante empezar a hacer estudios de hasta dónde yo me puedo hacer cargo o nos podemos hacer cargo de la adaptación y ser responsables y decir «Aquí la adaptación no funciona, metámonos en transformación que es un cambio más profundo» y diseñar esas transformaciones.
¿Cuál cree usted que vendría siendo el principal desafío a corto plazo luego de la entrega de estos insumos?
Que esa evidencia científica sirva para poder diseñar e implementar la adaptación. Que no nos quedemos en un diagnóstico ni recomendaciones sino que realmente hagamos algo después de haber dado esas recomendaciones. Si esto se quedara en un papel sería un tremendo fracaso.
Desde su trabajo como coordinadora e investigadora ¿con qué sensación se queda luego de realizar la entrega de este documento?
Yo encuentro que el Ministro ha tenido una tremenda recepción positiva de nuestro trabajo. que finalmente se enmarcó en lo que se nos pidió. El encuentra que es de mucha utilidad y yo creo que tuvo una tremenda recepción con el Ministerio y con los distintos actores. Todos en este momento quieren tener acceso a esto.
¿Cuál cree usted que es el nuevo desafío que debe tomar la academia posterior a la entrega de este documento?
Que sigamos manteniéndonos como comunidad científica de cambio climático.