Incendios forestales: Paulina Aldunce en programa 360 de CNN HD
Por: Ricardo Tapia
«Ha llegado el momento de plantear urgentemente el acopio y la utilización de las aguas lluvias para el uso humano», sostiene con firmeza Ricardo Tapia, doctor y arquitecto del Instituto de la Vivienda de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, en el contexto de las recientes lluvias que dejaron en jaque calles y servicios en la comuna de Providencia luego del río Mapocho a través de los túneles de Costanera Norte.
A su juicio, es el momento de que el Gobierno se involucre en la solución de las catástrofes desde antes de que ocurran. En particular, tomar las medidas que permitan aprovechar un recurso que cada vez será más escaso. «Lo mismo con el uso de nuevas tecnologías para la producción de energía eléctrica. A su vez, es urgente la incorporación a la cultura chilena mediante la educación temprana, materias alusivas al hecho de que habitamos un territorio frágil con una naturaleza muy activa que nos insta a asumirla como parte de nuestra identidad profunda», sostiene el académico autor del libro «Vulnerabilidades y desastres socionaturales» junto a Catalina Arteaga.
En el texto, a través del estudio de abundantes casos de este tipo a lo largo de Chile, los profesores e investigadores se refieren además a diversos azotes de la naturaleza como terremotos, tsunamis, incendios, sequías y también las copiosas lluvias que se mezclan con faltas de previsión y de políticas urbanas como en el caso del accidentado fin de semana pasado.
El texto publicado por Editorial Universitaria propone atender también a otras variables sociales, como la diversidad de grupos sociales, las carencias materiales de las víctimas y el rol de las corporaciones mineras o de la construcción que intervienen el entorno antes, durante y después de estas calamidades, como el caso del desborde del río Mapocho, por ejemplo.
La empresa responsable de la inundación aseguraba en un comienzo que se trataba de una «mala fortuna»…
No es culpa de la naturaleza, más bien es un desastre socionatural pues no se tomaron las medidas preventivas para actuar. En el caso de agua potable, ya lo decía la CEPAL en el año 2007 que en el caso de Chile y dado que el agua potable está manejada por empresas privadas, el Estado desconoce los grados de vulnerabilidad que posee la cadena de suministros en la generación y provisión del agua potable.
«Las empresas de agua potable, dado una insuficiente regulación pública, no realizan las inversiones necesarias para garantizar agua a todo evento o en una temporalidad conveniente y al parecer le sale más conveniente asumir las multas, si es que ellas proceden. En cuanto a la salida del Mapocho, es evidente que es un desastre de tipo antrópico dada la falta de previsión de todas las instancias involucradas en el evento».
En materia de la cobertura de los medios, ¿qué reflexión puede hacer sobre lecciones para la comunidad y el Estado?
Los medios no son neutros, responden a las líneas editoriales de sus dueños por lo que el chileno debe ser capaz de filtrar el contenido de esa cobertura. Lamentablemente, la comunidad se informa a a través de la televisión que también vende la noticia a través de la comunicación de este tipo de desastres. Visto ello se echan de menos medios más objetivos y que tienden a encontrarse en la radio y medios digitales.
«En materia de comunicación pública por parte de organismos de la misma línea, llama la atención el llamado a la población para la preparación de los daños como efectos de las lluvias y no por la posibilidad de cortes de agua potable, acontecimiento que construye una paradoja: una metrópolis con gran cantidad de agua lluvia y sin suministro de agua para vivir al mismo tiempo».
Fuente: La Nación
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