Tras la emergencia vivida en el sector de Limachito al interior de la Región de Valparaíso, se abre la discusión sobre cómo transitar a una reconstrucción que prevenga episodios tan dramáticos. Por eso la académica de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, Rosemarie Garay, asegura que la madera es el material de construcción del Siglo XXI, uno que nos puede salvar del fuego.
Los incendios forestales que afectaron a la localidad de Limachito en la Región de Valparaíso, son una muestra más de la relevancia que implica una planificación zonal en torno al constante riesgo que representan este tipo de desastres.
Se trata de una línea de trabajo vital basada en la seguridad de las familias que habitan zonas de riesgo en el país. En ese proceso, la planificación territorial y el uso de madera en las construcciones podrían marcar una diferencia importante entre una gestión de riesgo eficiente o una catástrofe total.
Así lo determinó la académica de la Universidad de Chile Rosemarie Garay Moena en entrevista con el Programa de Reducción de Riesgos y Desastres CITRID. Para la investigadora de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza y miembro de CITRID, la madera puede ser un material óptimo para enfrentar un incendio forestal, basado en una larga investigación sobre sus atributos y en torno al consenso mundial de los especialistas en ingeniería de la construcción sobre sus beneficios y sustentabilidad. “La cuestión vital acá es comprender que la materialidad se expone al exterior y cómo la normativa debe establecer requisitos especiales para enfrentar particularmente estas condiciones”, afirma.
Correcto uso del material
El secreto para usar la madera como un material resistente, incluso a un incendio forestal, está en el conocimiento y en la manera correcta en que se utilice este biomaterial, dice Rosemarie Garay. “Hay que hacerlo bien, esa es la diferencia”. Y es que sus ventajas son muy grandes, sobre todo por su adaptabilidad a diversas condiciones.
Según la experta “la madera es un material noble” por sus facultades y capacidades que se superponen sobre cualquier otro material en términos de sustentabilidad. “Hoy como están las cosas en el planeta, la madera es el material del siglo XXI. En ese sentido, su uso como nosotros lo conocemos en Chile, dista bastante de las expectativas de alto estándar de la madera en el mundo, como pasa en la mayor parte de los países desarrollados donde se construyen edificios en madera de 20 o 26 pisos”, apunta la especialista de la Universidad de Chile.
Sin embargo, en nuestro país la construcción en madera se encuentra asociada a un estereotipo apegado a imágenes de viviendas de mala calidad, presupuestos exiguos o micro proyectos en el área de la construcción. Pero más allá de los prejuicios, apunta Rosemarie Garay, el punto central está en cómo este material es utilizado. “La madera ofrece las mejores características en materia de aislación térmica, acústica y resistencia incluso al fuego. Todo tiene que ver con usar bien el material. La ingeniería de materiales te enseña cómo construir y combinarlos para lograr los niveles de resistencia al fuego que cada edificación requiere”.
Planificación territorial
Para la experta de la casa de Bello, además del uso de materiales sustentables, es relevante una evolución en cuanto a normativas vigentes en materia de ordenanza de urbanismo y construcción. “Se requiere una actualización centrada en el análisis territorial, no solo en el lugar donde se construye, sino agregar aspectos que no se han considerado. Por ejemplo, tenemos que habitar el planeta de una manera distinta”, dice.
Según los resultados del Catastro Nacional de Campamentos 2022-2023 realizado por Techo Chile, actualmente existen 1.290 asentamientos en el territorio, la mayoría en zonas de riesgo y expuestos a situaciones de desastre. Una situación preocupante según Rosemarie Garay. “Cuántas viviendas prefabricadas en madera se instalan de manera irregular en muchas localidades de Chile, expuestas a fenómenos de todo tipo, sin que exista la capacidad física y normativa de salvaguardar la vida de esas personas”, señala apelando a una urgente necesidad: cambios estructurales en materia normativa en instalación de viviendas en el país.